domingo, marzo 28, 2010

Fresas y nata


Uno de los síntomas de la primavera, además del calorcillo que poco a poco se cuela por las rendijas de mi piel es la llegada de las fresas. Ayer, cuando fui a hacer la compra semanal me topé en la frutería con el olor inconfundible de ese fruto rojo. Yo pedía tomates, pero el cerebro me decía -y fresas...-, compre dos kilos de naranjas, una berenjena -pero no te olvides de esas maravillosas fresas...-, elegí cuatro plátanos, un par de kiwis y claro, al final hice caso a mi cerebro y compré 200 gramos de fresas.

Y nata. Que luego las tomaré con zumo, con leche o solas. Hay muchos días para comprar más fresas en la frutería. La primera vez del año siempre tienen que ser con nata. Fresas con nata. Mezclar el dulce sabor blanco con la acidez perfecta de la fresa recién llegada. Puse un plátano también, para contrarrestar sabores. Y ahora están en mi estómago celebrando que la primavera cumple sus ritos y sus tradiciones y que ellas no me abandonan tampoco en el camino hacia los días felices.

jueves, marzo 25, 2010

Estrellas

"Julen hoy ha descubierto las estrellas, me ha hecho salir a la calle 4 veces antes de ir a dormir". Así me resumía mi cuñado el martes el descubrimiento de un niño de dos años y medio, de una de las cosas más maravillosas que hay en el mundo: Las estrellas.Siempre me ha gustado mirar al cielo. Ver esos puntitos de luz y trazar con mi mente las diferentes constelaciones. Busqué libros, compré mapas estelares, analicé historias mitológicas y siempre me sentía pequeñito, como lo es Julen ahora. Pequeño en un mundo negro y hermoso que se dejaba ver cada noche de diferente manera. Que un día podías ver a Casiopea coquetear con Perseo cerca del suelo y a los meses surcar las alturas montados en Pegaso escapando de sus enemigos...

Recuerdo la primera vez que fui consciente de una estrella fugaz. Fue camino de vuelta a casa un mes de agosto cuando anunciaban una lluvia de estrellas como nunca había sucedido y nunca llegó a suceder. (Me quedé casi dormido en balcón de mi casa con un colacao y una manta intentando presenciarlo pese a las otras luces de la noche, las farolas). Desde ese día me enamoré del firmamento y me prometí que algún día tendría un telescopio. Pasan los años y por un motivo u otro, ese sueño siempre queda en el cajón de las cosas prometidas....

Pero hoy va a cambiar. Julen me ha dado la pista. Me ha recordado el sueño y voy a cumplirlo. En breve nos iremos al monte a ver las estrellas y le contaré las historias que a su tío le hicieron soñar e imaginar lo pequeño que es uno.

Esta mañana mi cuñado me comentaba lo siguiente: "Nada más levantarse ya quería ver "estella, estella", ha habido que explicarle que sólo se ven por la noche, como esta noche esté nublado podemos tener jaleo...."

No te preocupes Julen, las estrellas siempre están con nosotros. Yo te voy a enseñar a quererlas.

viernes, marzo 19, 2010

Al sol.



Ya llega el sol. Llevo un par de semanas con esta canción guardada en el cajón de mi mesita para soltarla hoy a los siete mares. Por eso me la pienso poner mirando al mar desde el elogio del Horizonte y cantársela con mis ojos al agua y al infinito.

Es algo que siempre quise hacer. Celebrar la llegada de la primavera. Porque la primavera ha llegado después de un duro invierno en todos los sentidos. Y aunque el frío nunca me abandona (para eso soy un hombre enamorado de la nieve), necesito ver algo más de sol, recuperar los olores de la primavera, los verdes de los árboles y los paseos tranquilos.

Ya llega la primavera. Y los Beatles hicieron esta maravilla intima y sencilla. ¿Quién no sonríe con sus primeros acordes?... Creo que nadie se puede resistir y decirse a sí mismo como ellos con una voz adulta, añorable y resguardada: "Todo está bien."

lunes, marzo 01, 2010

Papeles y recetas


Esta mañana me he dado cuenta de que a veces la mejor terapia para solucionar un problema es escribir... Bueno... llevo tiempo dándome cuenta de eso... pero esta mañana lo he puesto en práctica de la manera más efectiva y rápida que recuerdo.
Porque esta mañana las nubes grises habían venido a visitarme en un día soleado. En una mesa de trabajo llena de papeles que no me decían nada y de voces que retumbaban sin cesar con sus frases grandilocuentes. Y yo miraba al frente sin ver, miraba a los lados sin observar y mis dedos cogieron un boli. Y entre los garabatos de mi bloc de notas sacaron de mi interior una receta mágica que me dio paz:


"En función de lo que te afecte lo que te digan, tu enfermedad irá ganando terreno. Suelta lastre. Suelta lastre. Arpende de lo bueno, tamiza lo malo y desecha lo dañino. Sólo así conseguirás un sonrisa tranquila y feliz.
Ellos se ríen, tu también. Ellos en su espacio exterior, tú en el tuyo interior. Que nadie se crea que es fácil hacerte daño. Construye tu muro y sigue tu camino"

Lo leí una vez escrito un par de veces. Sin darme cuenta de lo que había escrito. Y de pronto mi mirada volvió a ver los dibujos que tenía mi bloc, los calendarios con miles de planes, las palabras mil dibujadas, los tachones, los trabajos por cerrar.... y las voces dejaron de hacerme daño. Ya tenía mi receta. Mis dedos me la habían dado. La arranqué de mi bloc y la guardé en mi bolsillo del pantalón. Y ahora, la quiero compartir.