viernes, septiembre 17, 2010

Sur otoñal


Lo que voy a escribir tiene algo de delito. No conozco prácticamente el sur. Mi mapa vital no ha traspasado Granada, lugar en el que estuve sólo un par de días rápidos allá por el año 2002. Madrid ha sido una barrera durante mucho tiempo. Hasta que en mi vida llegó Alburquerque y su felicidad. Pero eso queda al suroeste, Extremadura, todavía hay que "bajar" más.... Y mañana empiezo este descenso.

Me voy al Sur. Una semana: Sevilla-Cádiz-Tarifa-Granada. Cuatro destinos, dos con mar, dos con río. Los cuatro diferentes. Cuatro estampas del sur con las que corregir el delito personal.
Porque yo siempre he dicho que soy chico del norte. Muy del Cantábrico.
Hace unas semanas, un compañero de trabajo me dijo:"Es normal que tú cojas vacaciones en septiembre porque a ti no te gusta el verano, tú eres un chico de otoño, un chico de lluvia". Yo no supe bien cómo tomarlo. Pero lo cierto es que L. tenía razón en cierto modo.
Porque nací en otoño. Me gusta ver llover. Me gusta el frío más que el calor, adoro las tempestades... Pero también me gusta el sol, eso sí... cuando cae limpio en una mañana de enero con ese fresquito en la cara es más bonito.
Quizá por eso vaya al sur cuando empieza el otoño. Cuando los chiringuitos estén cerrando y en las ventanas solo haya piedras dibujadas por los turistas que marcharon. Cuando el calor no apriete y la gente no tenga cara de verano... Sur otoñal... suena bien... espero que así sea.

lunes, septiembre 13, 2010

Paisajes


Estos días de descanso ando buscando paisajes. Cotidianos, especiales, diferentes... El caso es hacer algo diferente cada día. Los busco con el coche, los busco con los pies, en los libros, en las fotos, en los recuerdos..
Por eso ando con los ojos más abiertos, los oídos afinados y el tacto limpio. Porque en cualquier sitio aparece un marco que compartir, del que aprender. Ayer, repasando las fotos de mi ordenador encontré un lugar árido al que recurro cuando quiero paz. Paz y sol. No tiene mar azul sino praderas amarillas en otoño y verdes en primavera. Es silencioso y frío en invierno e infernal y ruidoso en verano. A mi me gusta. Me ayuda a entenderme, a saber por qué a veces soy como soy.
De pequeño me daba miedo pensar en la inmensidad de esta pradera llamada 'Tierra de Campos'; 'campos de tierra' según Machado. Cuando íbamos en el coche camino del pueblo de mi padre y pasábamos por aquí, procuraba agarrarme bien al asiento para estar seguro. Me imaginaba solo en una tarde calurosa en mitad de la nada tratando de encontrar la salida. Me daba angustia... Quería llegar pronto... que desapareciera ese vacío.
Han pasado los años y ahora cada vez que vuelvo al pueblo cojo la bicicleta y me acerco a uno de los altos para contemplar esas praderas sin árboles con otro aire. Con más sabiduría, menos ingenuidad y más ganas de paz. Mismo paisaje, diferentes sensaciones.
Ahora busco estar en mitad de esa nada.

jueves, septiembre 09, 2010

Ciudad de ciudades


"Ciudad de ciudades. Pessoa, ciudadano del mundo en su pañuelo portugués, enseñaba que vivir es ser otro; que sentir hoy lo mismo que ayer no es sentir, sino recordar. La ciudad, al igual que cada uno de los ciudadanos que le dan vida, es una máquina de recordar y de olvidar. Los ciudadanos, rumbo a la muerte. Pamplona, firme en el mapa de Carlos III. Ella nos recordará"
José Miguel Irribieri



Esta mañana tomando el café mientras esperaba a que mi sobrino saliera de su tercer día de clase, leí en 'el Diario' este artículo. Ayer, 8 de septiembre, mi ciudad cumplió 587. El mismo día de la Santina, Pamplona celebraba el 'Privilegio de la Unión' en la que se conmemora el fin de las disputas de los tres burgos que conformaban la vieja ciudad: La Navarrería; origen de la ciudad con su preciosa catedral; San Cernín, el lugar de los afrancesados que gestionaban el camino de Santiago a su paso por la Calle Mayor; y el burgo de San Nicolás, con su flamante iglesia fortificación. Carlos III El Noble, los juntó y decidió que había que parar las rencillas. Y se construyó el Ayuntamiento en el lugar vacío donde los tres barrios se separaban. Y ahí sigue. En el mismo lugar... 587 gobernando la ciudad.

Bonito cumpleaños, bonito texto de Irriberi. Recordar y vivir. Sentir y vivir. Las ciudades tienen mucho que decir en esto. Desde la capital en la que me encuentro hasta en las que he visitado o me quedan por ver. A diferentes ritmos, cada ciudad guarda secretos y recuerdos de quienes la habitan para construir su historia. Nos necesita y las necesitamos para entendernos a nosotros mismos.

Cuando dejé a mis sobrino en su casa, miré desde mi coche la torre del Gallico de San Cernín. Símbolo de Pamplona, recogiendo recuerdos, recogiendo historias, quizá 588 historias que celebrar el año que viene.