martes, octubre 30, 2012

Ventanas



Es bueno asomarse a ventanas. Descorrer la cortina y abrir bien los ojos para ver lo que hay tras el cristal. Acercar la cara, ver cómo la respiración empaña el vidrio y respirar el leve frío que consigue atravesar el muro transparente que nos separa del exterior. Dejarse llevar por lo que uno ve detrás. Con todas las consecuencias.



Las vistas pueden darnos muchas pistas de cómo son las cosas. Desde ellas, podemos toparnos con un muro cercano que no nos deje ver realmente lo que está pasando a nuestro alrededor y deberíamos tirarlo de una vez por todas;  podemos ver un bello paisaje de luz con gente paseando y riendo como nuestra felicidad; o ver un horizonte de invierno gris.... Hay tantos paisajes como ventanas y personas. Infintos.

Yo tengo alguna ventana desde la que mirar. De alguna ya he hablado en este pequeño Espacio Habitable... Agujeros sobre la pared que más de una vez me han ayudado a seguir adelante cuando más lo necesitaba. De hecho, ahora mismo escribo en frente de mi ventana favorita, desde la que más veces he mirado el mundo que me rodea.

Es bueno asormarse a ventanas, sean grises o de colores vivos... sean de madera o de metal. Mirar a tu alrededor y entender lo que pasa. Para no perde la persepctiva y saber siempre que lo importante está tan dentro como fuera.