
Recuerdo la primera vez que fui consciente de una estrella fugaz. Fue camino de vuelta a casa un mes de agosto cuando anunciaban una lluvia de estrellas como nunca había sucedido y nunca llegó a suceder. (Me quedé casi dormido en balcón de mi casa con un colacao y una manta intentando presenciarlo pese a las otras luces de la noche, las farolas). Desde ese día me enamoré del firmamento y me prometí que algún día tendría un telescopio. Pasan los años y por un motivo u otro, ese sueño siempre queda en el cajón de las cosas prometidas....
Pero hoy va a cambiar. Julen me ha dado la pista. Me ha recordado el sueño y voy a cumplirlo. En breve nos iremos al monte a ver las estrellas y le contaré las historias que a su tío le hicieron soñar e imaginar lo pequeño que es uno.
Esta mañana mi cuñado me comentaba lo siguiente: "Nada más levantarse ya quería ver "estella, estella", ha habido que explicarle que sólo se ven por la noche, como esta noche esté nublado podemos tener jaleo...."
No te preocupes Julen, las estrellas siempre están con nosotros. Yo te voy a enseñar a quererlas.
2 comentarios:
Precioso!!
Menudo descubrimiento Deibis!! Qué lindo texto, enhorabuena por esta faceta tuya desconocida para mi...
Aprovecho para enviarte un beso gordo, con todo el cariño.
Nieves
me alegro Nieves!!!! menuda sorpresa!!!! gracias guapa!!!
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