jueves, diciembre 10, 2009

Brazos y mensajes.



Hace unos meses, una noche de esas raras, me vino a la cabeza esta canción y este vídeo. Y a unos cuantos amigos les escribí un mensaje "de amor". Unos contestaron. Otros no.

Hace unas horas me ha venido a la mente estos sonidos y esas palabras. Y he vuelto a sonreír como cuando recibí la primera contestación al mensaje. Gracias Do. (¿Ves como eres importante en todo lo que me pasa?)

Estoy sentado frente a la ventana de la habitación que más horas ha ocupado en mi vida. Mirando el viejo barrio de la Txantrea. Y veo cómo se va oscureciendo hasta dejar en penumbra todo lo que me rodea. Las bajas casitas dejan ver a las farolas que se convierten en velas, las nubes se ponen rojas con el atardecer y los montes se despiden con un rojo pálido. Todo es rojo. Un rojo frío invernal. Raro pero es así. Fuera el termómetro marca 10 grados y la gente se pone bufanda. Llega el invierno.

Aquel vídeo y aquel mensaje estuvieron en mi cabeza semanas. Era pensar en él y se ponía un nudo en la garganta. Lo he recomendado miles de veces a la gente que veía sufrir por algo a mi alrededor. "Piensa en lo que tienes, piensa en los que te quieren y que nunca estás solo"... Y funcionaba... siempre funciona.

Estos días me lo estoy recomendando a mi mismo. Y poniendo al día el mensaje que envié junto a la canción de los Manel:


"El miedo bloquea. A mí me pasa. No puedo huir. Aunque lo intente.... Y de pronto te encuentras a Manel. Esos chicos catalanes que hacen maravillas como esta. La canción no tiene mucho que ver con el vídeo, pero no importa. Sigue siendo una maravilla, gracias a la que descubres que siempre puedes contar con algo pequeño o grande en número pero necesario para sobrevivir. Amigos. Que siempre están ahí para que nunca, nunca, nunca, nunca toques el suelo frío. Y que te abrazaran con un gesto, una mirada, su calor cuando las lágrimas lleguen a ti."

Pues eso. Hace unos meses, hace unos días, hace unas horas todo sigue siendo lo mismo pero con la suerte de ser diferente a la vez. Porque por mucho que parezca que todo se va a pique, que las cosas no funcionan seguís estando ahí, con una mirada, un café, una palmada o una llamada de teléfono o un paisaje cotidiano que hace que uno no se caiga.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El mundo virtual te da sorpresas. Quién me iba a decir que te iba a encontrar por aquí…se me ha escapado la sonrisa y todo. Ya no eres el David que conocí hace muchos años pero veo que sigues siendo especial.

Un placer reencontrarte.

Un beso

Deibis dijo...

Gracias "anónimo" ya que no me das más pistas... je,je... En mi Espacio habitable siempre serás bien recibido.

Un placer también.

Abrazos.
David.

Anónimo dijo...

Me gusta, David! Como los cafés contigo en el Sorgiñe, como cuando nos tomábamos las cocacolas de la adolescencia contándonos nuestros amores imposibles!!
Y es que, aunque vivamos fuera, aunque nuestra casa esté en otro sitio, las raíces tiran, y ¿por qué no? también el cordón umbilical. Y sabes? Pueden decir misa, pero el hecho de que uno se agarre a sus raíces, dice mucho y muy bueno! Y tu estás hecho de esa pasta, digan lo que digan! Te acuerdas? En esos ratos de charlar en los bancos de nuestros quince años, una vez te hiciste un propósito:
- ¡¡A partir de mañana seré un cabrón!!
Pero no lo conseguiste, porque lo dicho, tu pasta es otra!
Absorve la energía de esos que te abrazan (que te abrazamos) con un gesto, una mirada y su calor. Porque espero que te ayude. Porque seguro que te ayudará...
Mamen.-