viernes, enero 08, 2010

Carreteras


Siempre he sido una persona montada en un autobús. Todos los acontecimientos importantes de mi vida se asocian a este transporte. En él he pasado las horas más tranquilas de mi vida. Mirando por la ventanilla, escuchando mis míticos cd's, leyendo un libro o cerrando los ojos imaginando lo inimaginable, analizando lo hecho y proyectando el futuro.
Autobuses de ida y vuelta. Pamplona, San Sebastián, Madrid, Bilbao, Gijón, Oviedo, Palencia, Granada, Barcelona, Logroño, Burgos, Santander, Zaragoza.... De dos pisos, minibuses... Siempre con prisas, siempre con sueño... Siempre ahí.

Por eso tomar un autobús en Nueva York para ir a Washington no me supuso ningún problema. Es más, fue un aliciente. Salir de Manhattan y ver el Skyline desde New Jersey, recorrer las carreteras de varios Estados, ver Baltimore y recordar la canción que Counting Crows le dedicó a esta ciudad y que tantas tardes de invierno me acompañó...

Autobuses... El medio de transporte de mis sueños. Siempre me gustó sentarme en los asientos intermedios donde no molestar y donde nadie me moleste. Mirar por la ventanilla y dejarme llevar. Y aunque en este viaje nos pusimos en las primeras filas hice lo mismo. Eso sí. Con un libro que me enamoró y me reconcilió con la vida (Gracias Ruth por recomendármelo... tenías razón...).

Y fue más que un viaje. Porque no sabía que cuando llegara a mi destino me iba a encontrar con que una ciudad iba a conquistar mi corazón tan bruscamente: "Y de pronto, Washington." Esa fue mi frase. De pronto en mi vida. Trastocando mis conceptos. Llenándome de paz y felicidad.

1 comentario:

Anónima dijo...

Anda que no habré cogido yo también autobuses!! Bilbao, Pamplona, Logroño, Barcelona, Madrid, Granada......pero soy más de tren. Mis piernas son demasiado largas....