lunes, enero 18, 2010

Tranquilidad.


Las ciudades tienen sus formas de ser. Unas son ruidosas y alegres. Otras agresivas pero entrañables; las hay ariscas, sucias, entrañables, nostálgicas..... Para mí Wahington es una ciudad tranquila.
Tras el bullicio neoyorkino, cuando mi cuerpo cansado llego a la capital de los Estados Unidos se adormeció y vivió los días en una tranquilidad. Ya me lo habían dicho, Washington es un lugar en el que todo pasa relajado, no hay prisa. Es perfecto para ir con niños... je,je
Yo no iba con niños, pero he de reconocer que en algunos momentos volví a mi infancia viendo el Museo de Historia Americana o recorriendo los lugares infinitos del Museo de Historia Natural y el del Espacio.
En Washington se puede pasear, respirar, estar tranquilo y conversar con los amigos sin prisa por la hora. En mitad del Mall, la pradera que va desde la Biblioteca del Congreso hasta el Monumento de Lincoln, hay compañeros de empresa que juegan al fútbol en su ratos libres, gente haciendo tai-chi y mucha luz y silencio de ese necesario para recuperar la sonrisa perdida con el paso de los días. Porque el tiempo es importante y aquí, en Washington, la gente lo sabe disfrutar.

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