miércoles, octubre 07, 2009

Tiempo tranquilo.


Lo primero es la luz. Luego viene todo lo demás. Ya puedes pensar que tienes que tener cuidado con el tráfico, que hay demasiada contaminación... nada importa tanto como la luz del sitio. Y el tiempo. Que se detiene irremediablemente como si todos los días fuesen el 31 de diciembre y ves bajar la bola de colores de uno de los edificios de la plaza. Es Times Square. Luz y tiempo irremediablemente detenidos.
Times Square es rojo y azul. Es blanco y amarillo. Son miles de colores que se entremezclan y se te meten en los ojos con una rapidez pasmosa. Está Mary Poppins volando entre cristales, anuncios de Kodak, de Thosiba, de Coca-Cola... la mítica Virgin y las letras que suben y bajan los montes de carteles que anuncian noticias. Está el viejo anuncio de la Chevrolet, el único no iluminado de toda la plaza que se mantiene como un espejismo del pasado. Y está el paisanaje sonriendo sentado en las escaleras iluminadas de color rojo que en mitad de la plaza recuerdan que aquí estás en la meca de los musicales. Todo es espectáculo y uno forma parte de él.
Decir que Times Square es el corazón de New York quizá sea una tontería. No sé. A mí me dio la impresión que eran los ojos que dan brillo. Los ojos que dan luz. Maldita luz. Bendita luz.
Times Square es Brodway, son tiendas, son gentes haciendo cola, fotografiando o comprando. Y aunque parezca mentira es tranquilidad porque todo es tan armonioso dentro de la magnificiencia que uno puede respirar y sentir que aquí el tiempo se detiene, que la ciudad sigue su ritmo, el ritmo que marca Times Square.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es que da gusto leer cosicas como esta... Y es todo un lujo que te lo cuenten en primera persona, tomando un café en el bar de siempre, con buena compañía y con la ilusión rebosante aún en los ojos!!
Mamen.-

Deibis dijo...

Es más lujo que te escuchen... Espero tus historias de Egipto en breve!